El silbo gomero es un lenguaje silbado practicado por algunos habitantes de La Gomera (Canarias) para comunicarse a través de barrancos. El silbo transforma los sonidos vocalizados de cualquier lenguaje natural humano en silbidos tonales reconocibles a distancia. Tras la desaparición del idioma guanche originario, en la actualidad codifica habitualmente la lengua castellana.

El silbo fue creado por los primeros habitantes de la isla, aborígenes canarios. En el siglo XVI, tras la conquista de las Islas Canarias, los últimos gomeros prehispánicos adaptaron el silbo al idioma castellano, mientras la lengua original, el idioma guanche, se iba extinguiendo.

Debido al peligro de desaparición del silbo a principios del siglo XXI, básicamente a causa de las mejoras de las comunicaciones y especialmente de la desaparición de actividades como el pastoreo en las que más se empleaba, el Gobierno canario reguló su aprendizaje en la escuela y declaró el silbo gomero como patrimonio etnográfico de Canarias en 1999. El 30 de septiembre de 2009, el silbo gomero fue inscrito por la Unesco en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad,1​ gracias en buena parte a la labor realizada por el gobierno canario. Isidro Ortiz Muñoz ha impartido clases de silbo en colegios de la isla.

Según los estudios de Ramón Trujillo Carreño el lenguaje silbado emplea seis sonidos, dos de ellos denominados como vocales y los otros cuatro como consonantes, y se pueden expresar más de 4.000 conceptos (palabras). Según otras investigaciones como las de Clase (1957) en producción, de Meyer, Meunier, Dentel (2007) en percepción, y de Días Reyes (2008) en la conjunción de ambas, los silbadores y también los no silbadores identifican claramente las cuatro vocales silbadas distintivas /i/, /e/, /a/, /o/. No se diferencia por tanto /o/ de /u/ en silbo gomero, de hecho ya se confunden mucho en la forma de hablar el castellano en la Gomera. Como ocurre en otras formas silbadas de lenguajes tonales, el silbo funciona manteniendo aproximadamente la articulación del habla ordinaria, de forma que «las variaciones de timbre del habla aparecen como variaciones de tono» (Busnel y Clase). Las vocales se indican con tonos planos.

En 2005 apareció un estudio realizado por investigadores de la Universidad de La Laguna en el que se mostraba que los hablantes de silbo procesan el lenguaje en su cerebro de la misma manera que un lenguaje hablado. Se estudió a hablantes de castellano, algunos de los cuales «hablaban» silbo mientras que otros no, y al monitorizar su actividad cerebral con técnicas de resonancia magnética se vio que los sujetos que no hablaban silbo lo procesaban como un silbido mientras que los hablantes de silbo lo procesaban usando las mismas áreas lingüísticas del cerebro usadas para procesar frases en castellano.

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